Leyenda de los dos Amantes
Como tiernas babosas de la campiña ella y él se enroscaron húmedamente
y él dejó de ser hombre, como ella niña, para ser uno sólo completamente.
Desde todos los puntos que los juntaban se saborearon tanto, y con tal delicia
que las horas de vida que les quedaban decidieron pasarlas en la caricia.
A menos de un suspiro del tibio abrazo el resto de la historia se debatía
en átomos galaxias y otros acasos, que encontraron certeza justo aquel día.
Y se hicieron leyenda los dos amantes enroscados eterna y húmedamente.
Nada pudo tocarlos detrás de guantes.
Sólo pueden saberlo los igualmente. Los igualmente, los igualmente.
Los igualmente.
domingo, 15 de enero de 2012
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