domingo, 20 de abril de 2014

Con 23 años cómo voy a saber si estoy bien.

La primera relación que se tiene y la primera conexión que se siente cuando eres un bebé es aquella que se genera con los papás quienes tienen el deber de protegerte y entregarte el amor necesario para que desde pequeña comprendas que el mundo no es un lugar hostil.

Lo que entiendo de ese hecho es que la relación que se genera con tus papás o las personas encargadas de entregarte los primeros cuidados es la relación que determinará todas las siguientes relaciones que establezcas, de trabajo, de amistad, de amor o al menos determinará la actitud que mantendrás frente a tus relaciones.

Mi caso fue especial debido a ciertas situaciones familiares que no me permitieron gozar de todo el amor del mundo que pude tener.

Padre presente/ausente, madre presente/ausente por la depresión de ver cómo su matrimonio se le iba de las manos en las manos de alguna otra mujer.  Hermano de al medio lleno de ira en contra del padre, ira que manifestaba cada vez que podía y cada vez que el copete le daba las agallas para hacerlo, hermana mayor sin actitud cariñosa y atenta que dejó de serlo una vez que se casó y dejó de ser todo lo que solía ser por su marido.

Me crié dañada entre personas excelentes pero que simplemente decidieron cometer todos sus errores o desencadenar todas sus trancas acumuladas en el momento en que nací y así lo han hecho hasta el día de hoy.

De pequeña supongo que no sentía esos vacíos que ahora siento mi madre se encargaba de darme materialmente todo lo que quería, no hizo más que entregarme amor y compañía es ella la gran heroína de toda mi historia y así será hasta el fin.

Una vez de grande y mientras veía cómo mi mamá se enfermaba por culpa de las penas (y digo enfermaba literalmente ya que sufrió cáncer de colon que milagrosamente y contra todo pronóstico venció) comencé a entender lo culiá que era la vida con ella y lo injusto que todo se estaba tornando, comencé a generar odio contra todos en mi hogar incluso contra ella, intentando mantenerme el menos tiempo en la casa con pastillas copete y situaciones un tanto peligrosas de por medio.

Me pasé mucho tiempo fuera de la casa, intenté dañarme de infinitas maneras sin siquiera darme cuenta de las verdaderas razones que me mantenían en ese estado (culpé durante mucho tiempo a los amores y desamores adolescentes) fui una temeraria y puse mi vida en peligro de todas las maneras que una adolescente puede hacerlo. Nunca me corté ni ingerí una cantidad inhumana de sustancias extrañas porque mi fin no era matarme quizás solo sentirme un poco más viva.

En conclusión finalmente comprendí que el mundo es una mierda, es hostil, la gente es mala y hace daño y no soy la excepción a la regla más bien son la prueba empírica de que la regla está y se hace válida, me cuesta generar relaciones de confianza y cuando las genero me cuesta mantenerlas, alejo a las personas porque les tengo miedo y a la vez tengo miedo de perderlas.

Vivo con un miedo tremendo de perder a mi mamá a mi papá a mis hermanos y a mis sobrinos. Vivo con miedo de perder al gran hombre que llegó a mi historia y a veces lo alejo y creo que solo con el fin de asegurarme de que está ahí.

Soy culposa y me exijo más de lo que se exige una persona promedio, busco llenar a las personas que tengo a mi lado a veces de manera obsesiva. Pretendo hacer feliz a todos quienes me rodean y bien sé que yo no lo soy, pero tampoco sé cómo detener eso.

Tengo 23 años y me doy cuenta de que vivo con miedo, ira y resentimiento pero aún más me doy cuenta de que vivo con ganas de superar todo eso que me frena y cambiar esos patrones de comportamiento por unos más normales humanos felices o qué sé yo.

Al menos los años de vida hicieron un buen trabajo conmigo y me dieron la consciencia o los conocimientos necesarios para percatarme de que no estoy bien, tengo penas y tengo rabias no resueltas y sé que no puedo seguir ni avanzar sin resolverlas, sé que de una u otra forma se terminarán resolviendo, ahora y más que nunca me siento con la determinación necesaria para hacerlo.

Tengo 23 años y aún no encuentro el sentido de todo pero al menos sé que sigo buscándolo y así será hasta encontrarlo.

jueves, 17 de abril de 2014

La Vida Está Bien Si No Te Rindes

Yo que digo constantemente esa frase me rendí hace ya bastante tiempo y hoy recién me percaté.