lunes, 9 de noviembre de 2009

O estudiamos o hacemos la revolución.

Esa frase me ha estado dando vueltas en la cabeza desde la semana pasá, y se la escuché al nerd-sapo-amarillo más guapo que he visto en mi vida, claro que es un nerd-sapo-amarillo de mentiritas, no sé como se llama el personaje pero es el que le está haciendo clases a la hija de los Herrera de los ochenta, para que no se eche el ramo y no le quiten el crédito (pero qué situación más real POR DIOS)
Quedó grabada en mi mente y además la puedo escuchar cada miércoles a las 8 de la mañana, por lo que casi llego a creer que en el fondo lo que la frase quiere decir es cierto, y que no podemos pretender compatibilizar ambas situaciones. Estuve a un paso de convencerme, hasta que por fin salí del coma, reaccioné y recordé porque odio tanto este país, y es porque precisamente es muy difícil compatibilizar "revolución" y estudios, es porque nisiquiera saben llevar a la práctica la palabra revolución y tan sólo la dejan en la teoría o en una práctica pobre, creen que quemar neumáticos, taparse la cara y lanzar piedras es ser realmente revolucionario, es estar cambiando el curso de las cosas, y es todo producto de una profunda ignorancia (que es es bendición, como dicen los shaila) es porque no saben que una revolución la pueden llevar a cabo mediante la intelectualidad que van adquiriendo a través de la educación, es porque por el contrario a lo que debiese ser, al adquirir educación lo único que hacen es dejarse llevar por esa misma intelectualidad para fines individiduales no muy beneficiosos para el resto, es porque los líderes de opinión de hoy en día, los nuevos "revolucionarios" no hacen mas que revolucionar sus propias vidas haciendo que todo el resto los siga utilizando de manera precisa los discursos llenos de esperanza de un cambio que nunca llega (porque al fin y al cabo nunca se busca), podría decir hasta los ideales universitarios están manchados, podría decir incluso que ideales universitarios ya casi no existen (todos con fines políticos, o su gran mayoría) y me encantaría volver a creer que no es cierto, me encantaría volver a tener esas ansias de revolución que tenía hace 3 o 4 años atrás, pero ya no se puede, porque precisamente el lugar en donde debía sacar a flote mis ideas nuevas y limpias, fue el lugar que terminó por matar mi confianza en esas mismas ideas.
Así que, o estudiamos o hacemos la revolución, hasta que una savia nueva se deje caer.

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