Más cansada no puedo estar, me cansa buscar razones, me cansa no encontrarlas, me cansa aún así seguir buscando.
Hasta hace unos meses por lo menos mi pena tenía nombre y apellido, y hoy ya nisiquiera encuentro el rostro en el cual basarme para excusarla.
lunes, 23 de noviembre de 2009
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