miércoles, 1 de septiembre de 2010

Jamás he sido una persona rencorosa ese mismo punto me hace quedar como una tonta frente a mis amigas a ratos pero confío en que el día en que se olvida es el día en que perdonas es decir no perdonas hasta que sanas desde lo más profundo y claro no sanas hasta que olvidas.
Y yo olvidé costó pero olvidé, perdoné y sané y hoy por hoy ya no hay rencores sólo un lindo lazo que nos une y que jamás dejará de hacerlo no hay cabida para recuerdos malos de los malos momentos que pasé porque ya pasaron y no volverán.
El punto es que quiera o no esa experiencia pasada casi traumática aún me trae consecuencias, aún me cuesta confiar y aún creo que una y otra vez ocurrirá lo mismo que ocurrió esa vez porque todo se vuelve un constante flash-back y si, quiéralo o no quedé muy dañada de esa bonita extraña experiencia y aún me cuesta confiar o es que quizás tengo razón y polvo fuimos polvo seremos y claro, todo se vuelve polvo de una u otra forma.

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