martes, 18 de octubre de 2011

Focus

El otro día para una clase de Pasantía unas compañeras llevaron a una Trabajadora Social laboral para entrevistarla, la verdad no me interesaba la clase siempre me ha parecido que laboral es la peor parte donde puede trabajar una Trabajadora Social la plata es buena diría que es el lugar donde más se gana dentro de toda la carrera pero el ámbito o la labor que realiza la profesional es más parecido al de un administrador que a una de las mías (si, mega prejuiciosa) Además al llegar a la sala lo primero que veo es una mujer seria mirando hacia la nada muy alta media señora grande con cara de no te pesco, entonces dije ah qué lata esta es una de esas minas que se dedican a entregar el seguro al trabajador y listo, una de esas profesionales que piensan que burocráticamente van a lograr mucho pero no se encargan de ser empáticas ni mucho menos dar un recibimiento cálido al usuario, ira me han tocado millones de ellas y terminan siendo poco beneficiosas para la carrera la gente comienza a creer que todas somos así, se ve a la Trabajadora Social como una secretaria del jefe más que como una intermediaria entre jefe/obrero, en fin.
La cosa es que la entrevista comenzó y esta mujer se encargó de poco a poco de menos a más cerrarnos la boca a la mayoría de los que pensamos lo mismo al momento de iniciar la clase (cerrarnos la boca literalmente increíble el silencio que había en la sala cuando ella empezó a hablar)
La mina había salido en el 90 de un instituto profesional porque los papás no habían podido pagarle una Universidad (primer prejuicio, tenía pura pinta de lais) se metió a estudiar la carrera porque era lo único que le podían pagar, ella veía al Trabajo Social como poca cosa y quería estudiar medicina, digo quería pero la verdad es que aún quiere y está decidida a hacerlo apenas comience a tener más tiempo.
Comenzó haciendo ayudantías en una Universidad ya que al salir de un instituto no la pescaban mucho desde las pegas, con el tiempo en la misma universidad donde hacía las ayudantías le ofrecieron publicar un artículo de la teoría de sistemas en inglés y ella aún sin saber nada de inglés decidió aceptar, se enteró de un postgrado que impartían en la Universidad de Santiago (USACH) que era sólo para personas que estudiaran Ing. Comercial o Administración por lo que no la querían aceptar y peleó hasta que la aceptaron, luego una amiga colega le pidió reemplazarla en La Ciudad del Niño, ella no sabía nada de niños pero decidió leer/estudiar y aceptó. En fin durante sus primeros años le ofrecieron infinidad de trabajos en infinitas áreas de la profesión y ella nunca dijo NO, siempre dijo SI, sin importar el miedo o el no ser experta en el tema "se aprende en el camino" dice ella y que bien que aprendió. Nos reconoció que a sus 40 y tantos años se declaraba una persona apasionada por lo que hacía logró apasionarse por el trabajo social aún cuando lo odiaba en un comienzo y cree que no pudo haber estudiado algo mejor, nos argumentaba que el estudiar esto nos hacía ser personas muy cultas que sabíamos de todo un poco ayudar a la sociedad o a un grupo de ella por lo menos desde muchos ámbitos, ayuda a perder el miedo a probar a conocer a estudiar a investigar a aprehender cosas nuevas. 
Hablaba con tanta determinación y tanta pasión alzaba la voz más que la misma profesora que no sé, yo creo que a todos nos movió más de un pelito, porque estaba claro que no era la típica trabajadora social de voz baja con sonrisitas para todos lados, era una mujer seria que se nota siempre está pensando, de hecho ella nos reconoció que en la empresa donde trabaja a veces llegan trabajadores enojados retando a todas las trabajadoras sociales que estén en el área bienestar pero cuando les toca hablar con ella, es otro el trato y es porque ella ha querido marcar la diferencia cambiar esa visión de t.s que existe de ser el último escalón del lugar, la última posición la más escondida cambiar la visión de trabajadora social inoperante y callada que sólo acata muchas veces la gente le teme o cae mal de "presencia" por esa misma actitud que se explica porque en su cabeza siempre rondan cosas situaciones pensamientos y demases.
La entrevista fue muy larga ella se daba el lujo de responder extendidamente nosotros escuchábamos gustosos y la clase terminó con la típica pregunta que hacen las personas, "si usted pudiese darnos un consejo, ¿cuál sería?" a lo que ella respondió no no no yo no doy consejos no soy dios ni mucho menos un santo que tenga consejos para dar lo único que les puedo decir es: sean los mejores, siempre, en todo lo que hagan, nunca digan no, acepten retos, trabajen mucho, sean apasionados, y en lo que sea que decidan ser, dejen huella, SIEMPRE DEJEN HUELLA, nunca confórmense con cumplir con sus horas de trabajo y partir a la casa a descansar, vayan siempre más allá, no sean la asistente social promedio, logren cambios no reformas, lean infórmense sean cultos, y así.
La amé, y bueno, me hizo amar aún más mi carrera porque si, quiero ser la mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario